El papel del perfil senior en el ámbito tecnológico

Este mes de febrero 2023 he cumplido 50 años. Es una cifra icónica porque supone un cambio de década en el que definitivamente se deja atrás todo lo que está relacionado con el concepto de ser joven. Nada tiene que ver con cómo uno se sienta, pero la realidad es la que es (que sí, que yo me siento joven y a veces me pongo sudaderas).

Esto me lleva a darme cuenta de que hace ya mucho tiempo, años, que me toca lidiar con una realidad que me costó en su momento identificar: la promoción de los perfiles senior. Esto lo traigo aquí porque una de mis labores gestionando Torresburriel Estudio es la de velar por que el equilibrio del equipo sea una constante. Eso implica desde la contratación de nuevo talento hasta la promoción de las personas que ya tienen un tiempo trabajando para que definitivamente se unan a ese grupo de los denominados perfiles senior.

Tradicionalmente hemos podido heredar la idea de que los perfiles senior tenían una relación directa o bien con su edad biológica, o bien con la experiencia acumulada en una compañía, en un sector o en una disciplina profesional. Pues bien, nada de eso tiene por qué ser así. Un perfil senior se caracteriza por muchas cosas que no están directa o necesariamente relacionadas con la edad biológica, ni con el tiempo que tiene una persona en una compañía en un sector. Perfectamente una persona puede estar 15 años haciendo lo mismo que hace durante un año, es decir: perfectamente una persona puede repetir 15 veces lo que hace un año. Eso no tiene nada que ver con la experiencia. Eso es no crecer.

De todas las cuestiones que pueden caracterizar a los perfiles senior, la que más ejerce un poder diferencial, desde mi punto de vista, es la que tiene que ver con la de dar soporte, apoyar, promocionar y llevar a perfiles junior a otro nivel. O lo que es lo mismo, los perfiles senior son aquellos que hacen posible que las personas de su equipo y su organización aprendan, crezcan y lleven su estatus profesional a otro nivel.

Para eso no hace falta tener 50 años ni llevar 15 años en un sector ni 7 en una compañía. Para eso hace falta algo que es bastante complicado de encontrar, pero que lo resumiría de la siguiente forma: ser senior es querer crecer y es una actitud que conlleva responsabilidad y empatía por el equipo. Hacer sitio a otros en las mesas donde se toman decisiones es una característica que solamente las personas senior pueden desarrollar y ejecutar.

Cuando uno encuentra a esas personas, como manager de una organización, puede decir que está cumpliendo con su obligación.