Volver a tener el control de la vida digital

Es francamente complicado ponerse a escribir un tema cuando los pensamientos brotan casi sin control, debido a que hay muchas ideas por compartir, mucho convencimiento y convicción a la hora de compartir, y sobre todo un cierto nivel de apasionamiento que impide poner orden y concierto a la forma en la que uno quiere comunicar sus ideas. Es lo que pasa cuando la temática gusta y apasiona.

En todo caso, algún día tenía que empezar a hacerlo y hoy que es lunes puede ser un buen día. Estoy acabando de preparar las clases sobre experiencia de usuario que estoy haciendo en la asignatura que con ese mismo nombre tienen las y los estudiantes de ESIC en el quinto curso de sus estudios de Marketing. La última vez que propuse a mi estudiantes, hacer un blog, recibí una carcajada por contestación inicial. Yo sé que no son tiempos para pedir que la gente haga el esfuerzo de escribir en blog, pero no seré yo quien olvide esa magnífica costumbre. Y eso me trae al territorio del que quería hablar, que es el de el control y la propiedad de los espacios digitales. Este es mi espacio digital, creado bajo un motor de blogs con el que he firmado un acuerdo, un contrato, que entre otras cosas dice que yo soy el propietario, el dueño del contenido. También soy, por ello, el responsable de este contenido.

Esto abre muchos melones, vinculados con temas legales, vinculados con temas de onboarding, vinculados con temas de experiencia de usuario, etc. Ahora mismo el que más me preocupa es el que tiene que ver con la legalidad. Es un tema árido, espinoso y muy aburrido, las cosas como son. Pero en el medio y largo plazo es un tema que siempre va a beneficiar a creadores de contenido.

La razón es bien sencilla: cuando tenemos el control de lo que publicamos en internet, tenemos la posibilidad de edición, de republicación, incluso de eliminación. Creo que son razones más que suficientes como para que nos tomemos la molestia de, al menos, entender muy bien de qué va todo esto. Últimamente estoy francamente, seducido, por lo que estoy leyendo relacionado con la Indieweb. No me considero en condiciones de evangelizar al respecto, pero tengo muy claro que cuanto más control tenemos del contenido que estamos generando y compartiendo, más opciones tenemos de gestionar cualquier cuestión vinculada a su consumo y las posibles derivadas que puedan darse.

Es un tema que promete ser absolutamente apasionante y que a muchos nos puede devolver a esos inicios de la vida digital, que a veces echamos de menos, pero que, estoy seguro, son la mejor garantía de proporcionar un presente y un futuro digital sostenible, inclusivo y respetuoso.